Einladung...

Por fin luego de varias horas de arduo trabajo, había dado por finalizado el ensayo. No veía la hora de terminar de una vez, durante esos días las cosas se habían complicado un poco y estaban bastante atrasados con el trabajo. Obviamente, como líder de la banda no podía permitir ningún tipo de error, debido al estricto carácter perfeccionista y su dedicación al trabajo.
Necesitaba despejarse un poco, no solamente estaba estresado por el trabajo y por lo que más amaba, la música, sino también que, su entorno personal comenzaba a afectarle. Por ésta misma razón, había decidido salir y que mejor con uno de sus compañeros de banda, Toshiya. Sabía de antemano que con él podría liberarse un poco de la presión y los malestares laborales. Así que, como de costumbre fueron al mismo bar de siempre.
- Puedes pedir lo que quieras, Toshiya, esta noche invito yo - sonrió y juntos ingresaron al local.

La invitación de Kaoru lo había tomado por sorpresa, pues en realidad no era esa una actitud muy común en el líder de su banda. Sin embargo, no por eso se había rehusado a aceptar el ofrecimiento. La verdad era que lo había cogido justo con ganas de salir a beber unos tragos, y además, pagaba él, por lo cual aprovechar la situación era casi como una necesidad para el bajista.
Por eso, una vez hubieron entrado al bar, buscó un lugar junto a la barra y lo ocupó raudamente, dejando al otro ocupar el taburete de al lado. Cuando el barman los atendió a los pocos segundos, nombró una cantidad considerable de diferentes bebidas alcohólicas que hacía rato quería probar o volver a disfrutar, y luego, mientras la orden era preparada, el pelinegro lo miró a Kaoru con una sonrisa pícara:
- Es que hace mucho que no bebo - trató de justificarse fingiendo inocencia.

Prestó atención a los nombres que el bajista decía, sin poder evitar reír un poco por todos y cada uno de ellos, sin exagerar, no le alcanzaba los dedos de las manos para contarlas. Miró de reojo al barman quien, luego de asentir levemente, se dispuso a preparar dichas bebidas - ¿Piensas dejarme en banca rota? - sonrió y sacó su caja de cigarrillos junto al encendedor, los apoyó sobre la barra al igual que uno de sus codos y dejó caer el rostro sobre la mano derecha.
Mantenía la vista fija en el hombre que tomaba y vaciaba distintas botellas sobre los vasos, haciendo que éstos variaran la tonalidad del contenido a diversos colores y texturas - Toshiya - pronunció su nombre con notable cansancio - ¿Vas a tomarte todo eso? - volteó la vista hacia su acompañante, mirándole a los ojos - Se supone que veníamos a divertirnos, no quiero cuidar luego de un ebrio - añadió en tono burlón, curvando los labios en una sonrisa cómplice.

Asintió con la cabeza dos veces mientras bebía, antes de separar el recipiente de sus labios y hablar, por fin:
- No te preocupes, no tengo 15 años y tampoco es la primera vez que bebo - sonrió algo divertido - Tú lo sabes bien - trató de traer algunos recuerdos a la mente del líder - De todos modos, para que veas que soy bueno, te voy a convidar - tendió uno de los vasos hacia él - Así de paso te embriagas conmigo - añadió riendo sutilmente - Y en vez de cuidar tú de mí, al final de la noche nos vamos a cuidar mutuamente - alzó el envase para hacer un brindis: - Salud - no bien hubo chocado las copas, empinó la suya hasta el máximo, bebiendo todo el contenido de una sola vez.

Efectivamente al escucharlo un torrente de imágenes pasó por su mente, habían compartido demasiados años juntos, sin dudas, tenía muchísimas anécdotas y recuerdos que atesoraba como lo más importante de su vida. Aceptó el vaso que el bajista le tendía con una sonrisa y chocó éste con el ajeno - ¡Salud! - empinó el codo e imitó la acción de su acompañante, vaciando el recipiente por completo, de un solo sorbo - Agh - vociferó debido a lo fuerte que había sido la primer bebida, se rió y luego llevó la mano hasta la cajetilla de cigarrillos - ¿Nos cuidaremos mutuamente? - ladeó el rostro y con suavidad llevó un cigarro a los labios - No recuerdo el haber sido cuidado por ti - comentó un tanto divertido - Siempre era yo el que terminaba cuidando de todos...

- Pues hoy es un buen día para empezar a cuidarte - posó la mano que no sostenía el recipiente que no terminaba de distanciar de sus labios encima de la del otro y se la acarició con suavidad, sonriendo con cierta sensualidad - ¿Me das uno? - señaló la cajetilla de cigarrillos y sin esperar su respuesta, cogió uno, y, dejando el vaso encima de la barra, se llevó el pitillo a los labios, acercándolo luego hacia Kaoru para que se lo encendiera con el mechero que lo vio sostener en su otra mano -¿Por favor...?

Se quedó mirándole con fijeza, a decir verdad, el comentario del otro lo había dejado bastante asombrado y, más aún, al sentir el leve contacto de la mano ajena sobre la de él. No esperaba ese tipo de repuesta, pero, luego de un instante, simplemente sonrió y tal como el pelinegro se lo pedía, se inclinó un poco y encendió el cigarrillo - Por esta vez, sólo por hoy - sonrió y se apartó un poco para tomar el recipiente nuevamente - Voy a dejar que me cuides - rió por lo bajo mientras acercaba el vaso a sus labios y bebía el contenido de una sola vez.

- Genial - sonrió traviesamente, imitándolo segundos después -Ay... ¡Que quema!- tosió un poco y, riendo, sirvió de nuevo para ambos y, como si estuvieran compitiendo, vació raudamente el recipiente en su boca. Volvió a servir y así hasta repetir esta acción varias veces, alternando con las bebidas adquiridas - Mi lidercito - con voz soñolienta, después de un par de copas, abrazó al guitarrista por los hombros -¿Te dije alguna vez que te quiero? Ah, sí, creo que sí, siempre te lo digo - se contestó él mismo - ¿Y que me gustas?- le tocó juguetonamente la punta de la nariz, colgándose un poco de su cuerpo para permanecer erguido en el taburete -Eso no te lo digo muy a menudo, ¿verdad?- carcajeó liberando un notable aliento a alcohol -Ay... Qué vergüenza...- agregó mientras bajaba la mirada y no podía evitar seguir riendo divertido.

Quedó observándolo fijamente al notar como iba tomando cada una de las bebidas que el barman iba dejando sobre la barra - Toshiya… - murmuró con un leve deje de reproche en la voz - Menos mal que me cuidarías - fingió molestia y cogió el recipiente, empinó el codo y de un solo sorbo terminó todo el contenido - ¿Me quieres? - sonrió y bebió luego, con la misma rapidez que el bajista, dos tragos consecutivos más - Sí, queman - murmuró y entrecerró los ojos por el leve ardor que sentía en el paladar, mientras tanto que el otro le tocaba la nariz y luego se le colgaba por los hombros - Te gusto ahora porque quieres beber más - rió y luego le tomó del mentón - Pues… yo también te quiero… - declaró en un leve susurro.

- Bieeeen ~ - estampó un beso ruidoso en su mejilla - Si tú también me quieres, ¡yo soy un borracho feliz! - lo apretujó por unos momentos mimosamente y luego cogió otro vaso de alcohol - El último... El último y me voy a casa... - lo vació de un solo trago y lo abandonó en la barra - Mentira - rió con una falsa alegría antes de servirse otro - Pero en serio debería irme ya a casa - se contradijo con semblante más serio- ¿Qué hora es?- preguntó a su compañero mientras bebía ahora a sorbos.

Le devolvió el abrazo con cuidado y luego quedó callado por unos instantes, cogió otro vaso al azar y bebió como minutos antes, empinó el codo y vació el recipiente por completo - Creo que ya hora de que te lleve a casa - volteó a mirarlo mientras se encogía de hombros - A este paso voy a quedar en banca rota y tú con una terrible resaca - sonrió y dio una calada al cigarrillo - Vamos, si quieres te terminas ese último vaso… - señaló la barra y luego lo miró un poco desafiante - ¿O me lo tomo yo? - mas no esperó y se llevó el vaso a los labios, se levantó del taburete con una sonrisa y dejó el dinero sobre la barra - Vamos Toshiya…

- Caray - lo cogió del brazo y se puso a caminar a su lado con cierta dificultad - Tú siempre tan mandón - tropezó ligeramente con sus propios pies - A veces me siento como tu mascota - giró el rostro hacia él con una sonrisa traviesa - Pero eso me gusta... Me encanta... - rió y salió tambaleante, pisando con escasa firmeza al bajar el escalón de la entrada - Apúrate, me estoy empezando a marear...

- Pues por algo soy el líder, ¿no? - lo ayudaba a caminar mientras no dejaba de quitarle la vista de encima - Estás hablando cualquier cosa, Toshi… - ladeó el rostro hacia un costado y luego cuando ambos salieron del lugar, afianzó el agarre del brazo con el que sostenía al bajista - Te llevaré hasta tu casa… no puedes ni mantenerte en pie - le habló con un leve deje de enojo en la voz - Recuérdame para la próxima que no te deje beber más de cuatro vasos… - frunció los labios y luego sonrió un poco - Por hacerme gastar tanto, voy a hacerte caminar hasta tu casa…

- Uuuuy - dijo con cierto fastidio al escucharlo - ¡Qué amargo eres...! - se colgó de él de nuevo, con total inestabilidad - Ay, ay - se separó de pronto - ¡Voy a vomitar! - anunció y le dio la espalda a su líder de inmediato, mas pronto la náusea que había sentido desapareció de repente - No - se acercó y volvió a coger a Kaoru del brazo para continuar avanzando - Falsa alarma - rió un poco - Ya en serio, págame un taxi... - añadió luego, completamente descarado.

Lo había soltado de inmediato apenas lo escuchó - ¿Estás bien? - se acercó a él con notable preocupación y, cuando notó que éste estaba mejor, dejó salir un suspiro - Eres tan… - se guardó lo que tenía para decir, mientras volvía a tomarle con firmeza del brazo - Te llevaré en taxi porque tenemos que seguir ensayando… si fueras otro te dejaría aquí mismo - se quejó un poco más y así lo hizo. Ahora ambos iban en un taxi de camino a la casa de Toshiya, completamente en silencio, hasta que el automóvil se detuvo frente a la puerta de ésta - Llegamos Toshi...

No prestó atención a las palabras del guitarrista sino que sólo siguió sus pasos hasta el coche, subió junto a él con torpeza y durante todo el viaje, permaneció con la cabeza apoyada encima del hombro ajeno, dormitando. Sólo pareció "despertar" de golpe en cuanto el otro anunció que habían llegado. A la sazón dejó, por supuesto, que fuera Kaoru quien pagara el viaje y luego lo jaló del brazo para hacerlo bajar del taxi también, rogándole con voz melosa que lo acompañara hasta adentro de la casa y, sin siquiera haber esperado por una respuesta, lo arrastró, efectivamente, hacia el interior de la misma, tras luchar por unos segundos con las llaves que no consiguió embocar fácilmente en la cerradura debido a su ebriedad.