Luego de aquel incidente en la casa del bajista de su banda, había pensando muchísimo en lo ocurrido. No sabía bien al final qué pensar, todo era demasiado confuso. Ni siquiera sabía qué era lo que él mismo sentía, por lo tanto, pensar en lo que el otro pudiera llegar a sentir era, prácticamente imposible. Entonces, ¿qué demonios tenía que hacer? Porque era evidente que no podría dar vuelta el rostro, hacer una sonrisa y dejar todo allí, como si nunca nada hubiera pasado. Por eso, ni bien el ensayo había finalizado, mientras los demás acomodaban sus cosas, había estado pensando en la forma de poder encararlo. Era evidente la tensión que se vivía en aquel lugar, porque a pesar de que se había ido dándole un beso, las cosas no habían terminado bien, incluso, sentía la necesidad de hablarlas.
Y así fue que, apenas salieron de la sala de ensayos, lo llamó para poder hablar, mientras esperaba a que los demás se alejaran, prosiguió a mirar a Toshiya: - Tenemos que hablar - dijo en tono calmo, acercándose al otro.
Y así fue que, apenas salieron de la sala de ensayos, lo llamó para poder hablar, mientras esperaba a que los demás se alejaran, prosiguió a mirar a Toshiya: - Tenemos que hablar - dijo en tono calmo, acercándose al otro.