Era una hermosa tarde de primavera, el sol estaba en su punto justo y desde ese lugar lo iba abarcando todo, llegaba a cada rincón. No hacía frío, pero tampoco calor. Estaba sentado debajo de unos cerezos los cuales caían apenas poquitas flores, algunas por su pelo, que no se daba cuenta, otras sobre su yukata y por el pasto.
Estaba leyendo tranquilamente un manga, pues era bastante aficionado a estas cosas, y como era su día libre podía darse el gusto de leer con suma tranquilidad.
Su pelo con su flequillo recto y una colita media atrás se mecía suavemente por las pequeñas brisas de viento que había.
Bajo un segundo el manga y apoyo su cabeza contra el árbol, y dio un suspiro y sonrió muy levemente mientras cerro los ojos.
Estaba leyendo tranquilamente un manga, pues era bastante aficionado a estas cosas, y como era su día libre podía darse el gusto de leer con suma tranquilidad.
Su pelo con su flequillo recto y una colita media atrás se mecía suavemente por las pequeñas brisas de viento que había.
Bajo un segundo el manga y apoyo su cabeza contra el árbol, y dio un suspiro y sonrió muy levemente mientras cerro los ojos.