自分自身で失われます。（Libre）

Se encontraba caminando de manera solitaria y algo melancólica, por las amplias calles de la ciudad, dándole de vez en cuando, un par de caladas a su cigarrillo, el cual poco a poco se iba consumiendo con total normalidad, todo era cómo siempre, sin ninguna anomalía que fuera digna de apreciar, o al menos así era a simple vista, daba igual, de todas formas lo que el deseaba era un momento de soledad, cómo aquellos que siempre tenía, sin embargo esta vez quería volverse totalmente ajeno al mundo que concurría a su alrededor. Sólo deseaba perderse a si mismo en el mismo, por extraño que sonase. Sin embargo, su dolido corazón sólo deseaba alguien que le pudiera salvar de aquél triste agujero en el que había caído y seguía haciéndolo cuál infinita fosa fuera.

Direccionó sus pasos a los callejones solitarios y oscuros, aquellos que yacían casi olvidados entre la multitud, al igual que el lo había sido por la gente que le rodeaba.

No conocía a nadie aún, así que luego de agotar los juegos, aburrirse en la red, ordenar su nuevo departamento dos veces, se decidió a salir por ahí.

Se posó en la puerta del edificio y recorrió con una mirada la calle, parecía que no había nadie, "esperaré que pase un perro y lo seguiré pensó y mientras lo esperaba, comenzó a pensar que tenía que comprar alguna comida preparada o algo para la vuelta, en eso pasa un gato y decide ir tras él, adentrándose en desconocidas calles, llegando hasta unos oscuros callejones.

-Ummm...-sonrió y luego suspiró ¿ahora cómo volvía? Le pareció ver a alguien, pero no sabía si molestarle o no.

De repente atisbó a otra persona allí, al parecer no estaba solo. Frunció el ceño, pero por dentro, su corazón sonreía... al parecer ni si quiera aquellos oscuros callejones habían sido tan desplazados cómo él lo había sido... ¿O sería de otra forma? Fuese como fuese, prefirió no romper el silencio, después de todo, creía que nada de lo que dijese sería más bello que el mismo.

No obstante, algo en su interior no se pudo abstener a pronunciar aunque fuera una palabra y al cabo de dos minutos de yacer mudo, cuál inerte muñeco fuera, su voz que con el tiempo había perdido la viveza, musitó.- ¿Estás perdido? -su tono se encontraba perfectamente enmascarado por una capa de neutralidad, cómo aquella que sólo rompía cuando se trataba de cantar.

Miraba la sombra, debatiéndose si hablarle o no, el punto no era la desconfianza, dentro de sí estaba arraigada la idea de que todas las personas son buenas, hasta que demuestren lo contrario, o inocentes, si se sigue el dicho. Lo que evitaba acercarse y hablarle era que no quería interrumpir, lo que sea que estuviese haciendo, incluso si sólo disfrutaba del silencio, a pesar de que ya se lo hubiera interrumpido, volteó apenas le habló, regalándole una sonrisa y suspirando más tranquilo.

-Sí, seguía a un gato y...-quizás no era bueno decirle de sus extraños hábitos para sacarse el aburrimiento.- Pues llegué acá y no tengo idea dónde estoy...-se acercó sólo un poco para no seguir "oculto" en las sombras.-

Cuando el otro se acercó pudo apreciar un chico de estatura sólo un poco mayor que la suya, con un liso cabello rubio platinado con un rostro redondeado, piel pálida y pómulos marcados, una sonrisa se dibujaba en su rostro... ¿Por qué? ¿Por qué le sonreía a él, un desconocido del cuál nada sabía?

Entonces, también el mismo se hizo visible, oculto bajo su falsa máscara de indiferencia, sus oscuros y tristes ojos tapados por su flequillo, sin dejar a la vista más que su nariz y sus labios.- Vaya coincidencia... Yo tampoco estoy muy seguro de dónde esté...- Musitó mirando al suelo con ausencia.

Apenas el otro chico se acercó, pudo notar un aura algo misteriosa, algo oculto, aunque no sabía qué, quizás simplemente era algo tímido, o le aburría tener que hablar con un "niño" perdido.

-Oh, sí que es una coincidencia, aunque algo normal si estamos en un callejón bastante oscuro ¿no?-pone una pose pensativa ¿de qué otra forma llegabas a un callejón así? Seguro no había muchas posibilidades del porqué llegar a un punto como este.- Por lo menos ya somos dos sin tener idea-deja salir una risita.- quizás podemos quitarnos la etiqueta de "perdidos" juntos-sonríe de nuevo, amable.-

Pudo ver cómo el otro sonreía de manera afable y correspondió en silencio la torcedura de labios, sin emitir gesto alguno, el no solía sonreír y de las pocas personas con las que lo hacía, las veces eran bastante disminuidas, casi cómo si las sonrisas del rubio estuviesen en peligro de extinción.- Supongo..- Susurró casi en silencio para luego dirigir la mirada hacia el extraño frente a él.

Continuó observando al chico más alto mientras intentaba llegar a una idea de en dónde se abría metido, recordaba estar harto y tener ganas de parar el mundo y bajarse, pero no mucho el momento en el cuál había llegado a aquél lugar tan ajeno a sus conocimientos... Soltó un pesado suspiro.